sábado, 28 de abril de 2018

MADID PARA TOD@S


Por fascismo definimos a la dictadura abierta del gran capital, de la parte reaccionaria, chovinista e imperialista del capitalismo financiero. El fascismo es la forma de poder que adopta la burguesía cuando los métodos de la democracia liberal parlamentaria burguesa son ya incapaces de seguir engañando a las masas y de desviar sus luchas revolucionarias. En esta situación no le queda otra salida para mantener su dominación y defender sus privilegios  que el fascismo: la represión brutal permanente, la liquidación de todas las conquistas y mejoras alcanzadas por las masas obreras y populares, la demagogia más rastrera y patriotera al servicio de los monopolios.  

El régimen fascista forma parte del capital financiero

Las organizaciones marxistas comunistas muchas veces carecen de democracia interna, y su vertiente vertical y fuertemente burogratizadas, careciendo libertad de pensamiento, y horizontalidad, muchas veces las hace tener un carácter mas fascista, autoritario e intransigente, que los propios grupos llamados fascista. Carácter idolatra tanto del estado como de sus lideres unos adoran a Lenín y otros a Mussolini o Hitler.  
El antifascismo  se realiza entorno a reivindicaciones democráticas, en contraposición a la imposición dictatorial del imperialismo capitalista y la defensa contra la ofensiva del capital, de la dominación y autoritaria de la burguesía más reaccionaria, poderosa y expansionista, la oligarquía financiera. Su reflejo social es la de confundir los intereses del conjunto de las clases trabajadoras con los intereses antagónicos de la burguesía.

El capitalismo es un orden económico y político, caduco y agonizante, donde en sus propias entrañas engendra el desarrollo social el gérmen de lo nuevo, por lo tanto inevitablemente en crisis. Se fundamenta en la explotación del hombre por el hombre, incapáz de asegurar a la inmensa mayoria de la sociedad un nivel de vida digno por la acumulación de riqueza y los intereses privados de unos pocos. La dominación de la naturaleza en términos de insostenibilidad, el paro forzoso y el hambre enquistados. Necesita para su supervivencia la extracción de superbeneficios por una minoría de grandes corporaciones monopolistas internacionales a costa de someter a pueblos enteros a la miseria más absoluta. Perpetúa el desarrollo desigual de los países propiciando una división entre potencias y dependientes “eterna”, sus contradicciones y competencia por el reparto del mundo en términos de recursos y áreas de influencia nos conducen inevitablemente a la guerra entre potencias de manera indirecta como en el caso de Siria, Libia, Ucrania y un sin fin de países hacia choques directos en formas de guerras mundiales que ya estuvieron por arrasar el mundo debilitándose mutuamente. El capitalismo es la alerta constante de guerra con todos los dramas y consecuencias que acarrean, pero que nos sitúan al umbral de la revolución o del fascismo de la reacción, la dominación autoritaria por parte del capital financiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario